El cambio definitivo hacia las recetas electrónicas en Argentina
En poco tiempo, las recetas en papel serán historia en Argentina. A partir de enero, ya no se emitirán más en este formato, y las electrónicas o digitales serán la única opción permitida para obtener medicamentos. Sin embargo, habrá algunas excepciones: las recetas emitidas antes de fin de año y aquellas en zonas con problemas de conectividad. Esta medida busca mejorar la seguridad y eficiencia, facilitando el seguimiento de todo el proceso, desde la prescripción hasta la entrega al paciente.
La Ley Nacional de Receta Electrónica, vigente desde julio, exige que todas las plataformas y farmacias se adecuen para manejar estas recetas digitales. Hasta ahora, solo una parte de las provincias han adherido completamente a esta normativa, con planes para que muchas más se sumen antes de que termine el año.
Para garantizar el funcionamiento de este nuevo sistema, los llamados "repositorios" se ocuparán de validar y almacenar las recetas electrónicas, protegiendo la privacidad y seguridad de la información sensible de los pacientes. Además, las plataformas utilizadas por profesionales médicos deben registrarse y ser aprobadas para asegurar su compatibilidad y eficacia.
En términos de operatividad, ya se están manejando millones de recetas electrónicas mensualmente gracias a los repositorios que integran numerosos sistemas. De esta manera, cualquier farmacia autorizada en el país podrá acceder a las recetas cuando los pacientes necesiten sus medicamentos, siempre asegurando que la consulta sea únicamente por la receta indicada.
Para mejorar la interoperabilidad, se implementarán herramientas abiertas que permitirán que todos los sistemas de emisión y recepción de recetas trabajen juntos de manera eficiente. Esto no solo facilitará el proceso para profesionales y pacientes, sino que también garantizará un respaldo seguro de toda la información manejada, protegiéndola de posibles incidentes como hackeos.