La atleta de breakdance australiana se disculpa tras polémica en París 2024
La atleta olímpica australiana Rachael Gunn se disculpó con la comunidad de breakdance de su país, debido a la “reacción violenta” que desató su controvertida rutina en los Juegos de París, que fue noticia a nivel mundial. Gunn, quien compitió como Raygun, fue eliminada de la competencia B-Girls con una puntuación de cero, lo que provocó burlas y elogios entre usuarios en las redes sociales por su estilo poco ortodoxo.
En su primera entrevista desde que participó en los Juegos Olímpicos de París, y en medio de cuestionamientos sobre su calificación y desempeño, le preguntaron si realmente pensaba que era la mejor bailarina de breakdance de Australia. “Creo que mi historial habla de eso”, le dijo al programa The Project del canal televisivo australiano Network 10.
“Es realmente triste escuchar esas críticas y lamento mucho la reacción que experimentó la comunidad, pero no puedo controlar cómo reacciona la gente”, continuó diciendo al referirse a la avalancha de críticas a su rutina.
Vestida con ropa deportiva verde, la profesora universitaria de 36 años perdió sus tres batallas olímpicas debido a su excéntrica actuación, que incluía el movimiento de aspersores y los saltos inspirados en los canguros, que generaron un mar de memes.
Después de su participación, Gunn enfrentó acusaciones de haber manipulado el proceso de selección, incluidas denuncias de que había creado su propio jurado y que su marido había juzgado su calificación. Desde entonces, estas afirmaciones fueron calificadas como falsas por varias organizaciones, incluido el Comité Olímpico Australiano (AOC) y la Federación Mundial de DanceSport (WDSF).
“Las teorías de la conspiración eran simplemente horribles”, le dijo Gunn a Network 10. “Fui la B-girl australiana mejor clasificada en 2020, 2022 y 2023. Me invitaron a varios campeonatos mundiales, así que el registro está ahí. Pero en una batalla puede pasar cualquier cosa”, añadió.
Gunn, que tiene experiencia como bailarina de jazz, tap y baile de salón, defendió públicamente su rutina como “artística y creativa”. “Nunca iba a vencer a estas chicas en lo que hacen mejor, la dinámica y los movimientos poderosos, así que quería moverme de manera diferente”, dijo el mes pasado.
El juez principal que supervisó la competencia de B-Girls en París apoyó a Gunn, al igual que los oficiales del equipo y la comunidad de breakdance olímpico en general. Pero las consecuencias de la actuación dividieron y decepcionaron a quienes participan en el deporte en Australia. “Se convirtió en una burla de la escena australiana y creo que es por eso que muchos de nosotros estamos sufriendo”, le dijo a la BBC el pionero australiano del hip-hop Spice.
El break, un baile inspirado en el hip-hop nacido en los barrios de Nueva York en la década de 1970, fue incorporado al calendario olímpico de este año para atraer a un público más joven. Pero algunos críticos dicen que nunca debió haberse incluido, debido a la naturaleza orgánica del género, que no necesariamente se adapta a la competencia organizada.
Después de su actuación en París, Gunn hizo un llamado directo a los medios en un video publicado en su Instagram para que dejaran de “acosar” a su familia y amigos. En su entrevista con Network 10, dijo haber sido perseguida por periodistas de una forma “realmente salvaje”. “Eso me puso en estado de pánico. El baile era mi medicina y luego se convirtió en mi fuente de estrés”, aseguró.
Gunn admitió que “todavía no está en condiciones” de volver a ver su actuación, pero se sintió conmovida por el apoyo que recibió de sus compañeros olímpicos en la ceremonia de clausura, así como de parte del público en general. “Me conmovió. Preferiría centrarme en los aspectos positivos y en la alegría que le traje a la gente”.