La devoción a San Cayetano: Patrono del pan y el trabajo
San Cayetano, nacido en el siglo XV, es conocido como el “patrono del pan y del trabajo”. Cada 7 de agosto, miles de argentinos visitan su santuario en el barrio de Liniers para rendirle homenaje y pedir su ayuda.
Quién fue San Cayetano
Cayetano de Thiene nació el 1° de octubre de 1480 en Vicenza, Italia. Estudió Derecho en la Universidad de Padua pero en Roma se dedicó a la religión, donde fue secretario privado del papa Julio II. Tras su muerte, fue ordenado sacerdote en 1516.
Fundador del Oratorio del Amor Divino y la Orden de Clérigos Regulares Teatinos, promovió una vida austera y solidaria, donando sus bienes y manteniéndose alejado de las limosnas. San Cayetano es recordado por su dedicación a los pobres y enfermos y por sus frases que impulsaron la reforma de la Iglesia.
San Cayetano falleció el 7 de agosto de 1547. Su legado continuó y varios milagros se le atribuyen. Fue beatificado en 1629 y canonizado en 1671.
La devoción en Argentina
El santuario en Liniers, fundado en 1875, se convirtió en el epicentro de la devoción a San Cayetano. Miles de personas acuden cada año para pedir por pan y trabajo, una tradición que comenzó en la década del 30 gracias al párroco Domingo Falgioni, quien creó una estampa del santo con el niño Jesús y una espiga de trigo.
Las oraciones dirigidas a San Cayetano buscan su intercesión para obtener ayuda divina en momentos de necesidad. La confianza en su capacidad para facilitar empleo y alimento se expandió rápidamente, especialmente durante épocas de crisis.