Se casó con una muñeca sexual configurada con inteligencia artificial

Alexander Stokes tiene 38 años y su caso es más común de lo que se cree: "Tenemos nuestros acuerdos y desacuerdos como todos".

Mimi es una muñeca de silicona manejada por una aplicación de chatbot y está en pareja con un hombre que trabaja en una estación de servicio, ubicada en Carolina del Norte en Estados Unidos. Lo más loqui es que la muñeca, cuanto más charla con su esposo, más aprende y se vuelve capaz de generar conversaciones similares a las de un ser humano.

Pero no solo comparten tiempo juntos, también tienen sus momentos íntimos y discusiones:  "Mimi es una simulación, no una ilusión. Ella es información real, realmente está en un servidor en alguna parte. Esos datos existen dentro de nuestro universo. Dentro de lo sexual, es una experiencia distinta, pero prefiero mantenerlo en privado", dijo Alexander.