Entrevista a Sami Alonso, activista por la diversidad corporal

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Hace una semana fue el Día mundial contra la gordofobia. Dicha jornada dejó en claro que la resignificación de los estereotipos marcados en la sociedad, se logran con la lucha de actores sociales que le pongan el cuerpo y el corazón a lo que hacen. Un claro ejemplo de esto, es Samanta Alonso (SA), una reconocida profesional activista, quien desde sus actividades y emprendimiento genera conciencia sobre los discursos de  gordofobia y la importancia de garantizar derechos a miles de personas gordas que en la actualidad sufren violencias de todo tipo. Hoy en Resumido, te traemos un poco de su historia y pensamientos: 

¿Cómo fue que empezaste en el activismo como militante gorda? ¿Qué impacto tiene en tu vida cotidiana? 
SA: Empecé aproximadamente hace 11 años, fue casi de casualidad. Yo estudiaba Trabajo Social en la Universidad de Buenos Aires (UBA), y en una de las materias libres tuve que hacer una investigación acerca de estereotipos. Creo que hay algo de ahí que estaba interpelando en mi vida personal y política, porque haciendo esa investigación me encontré el movimiento activismo gordo. En el país, este movimiento era muy nuevo, pero en Estados Unidos el movimiento Fat Underground tenía muchos años. Ahí fue cuando me explotó la cabeza, dije “¡ok, esta es la respuesta a todas las cosas que a mi me están pasando por tener un cuerpo gordo en una sociedad que no está pensada para nosotres!”.

Si bien el impacto de conocer el movimiento lo tomé de forma positiva, también implicó recorrer un montón de dolencias y vivencias que me pasaron desde los 9 años, cuando me transformé en una niña gorda, y también recorrer y reconocer todas las violencias vividas. Hablarlas, expresarlas y entenderlas como algo que no está bien que suceda es un recorrido bastante j*****

¿Cual es tu análisis respecto a la discriminación de los cuerpos gordos? 

SA: Creo que para entender lo que pasa con los cuerpos gordos, hay que entender cómo funcionan ciertas cosas que son funcionales a esta discriminación. Los discursos de odio a los cuerpos gordos, como cualquier discurso de odio, en realidad están sostenidos en una sociedad que hace un montón de cosas para que ese discurso se pueda sostener. Entonces que nosotros les gordes no podamos encontrar ropa, no entremos en espacios públicos porque están pensados para cuerpos delgados, vayamos al médico y no encontremos un diagnóstico integral,  deja en evidencia que hay toda una estructura pensada y funcional para ese discurso de odio. Por lo que, más allá de la discriminación expresada en insultos y violencia, todo termina siendo violento y lo único que te dicen es “che vos tenés que bajar de peso”, “mira todo lo que no podes hacer”, y de alguna forma, se termina individualizando la gordura, “es tu problema ser gordo” y  no el problema de la sociedad,  anulando el debate sobre las acciones y estructuras estigmatizadoras. 

¿Cómo nace tu emprendimiento Kalista Sports?  

SA: Surge a partir de mi desvinculación con mi último trabajo en relación de dependencia. Yo ya tenía el proyecto de hacer una marca de ropa, pero era para marzo/abril del 2020, pero cuando me despidieron en noviembre del 2019, ya en diciembre arranqué con la marca, tuve que adelantar todo.  Fue súper austero, empecé a hacerlo desde mi casa, luego nos fuimos a un lugar muy chiquito y después a un lugar más grande como el que tenemos ahora.

Pero sobretodo, el emprendimiento nace de abrazar a mi niña interior de 10 años que entrenó toda la vida y nunca se pudo poner una calza o un top piola, también nace con la idea de resignificar que todos los cuerpos pueden entrenar, no solo para bajar de peso, sino para sentirse mejor, para moverse o incluso para divertirse. Que no sea todo fitness, perder grasa, sino que tenga otro tipo de objetivo. Y que todo eso puedas hacerlo con ropa que te haga sentir cómoda.

¿Cómo llevas a cabo tu activismo, tu emprendimiento y tu maternidad? 

SA: Con respecto a mi activismo, emprendimiento y maternidad, obvio que emprender es mucho más flexible porque te permite tener tus propios tiempos respecto a la maternidad. Pero también es mucho más hostil, de hecho trabajas más horas. Trabajo más horas de las que trabajaba antes y la carga mental, si lo medimos con un trabajo de dependencia, no se compara a lo que es hoy en día un emprendimiento. Porque no es solo mantenerse una misma, sino que a todos los puestos de trabajo que genera Kalista. A veces tengo mucha presión, mucha ansiedad pero no lo cambio por nada.  Porque yo hoy en día soy parte de las pocas personas que tienen  la capacidad de trabajar de lo que nos gusta. Yo logré mechar mi activismo, mi gusto por la moda, y de alguna forma  mi carrera, generando el derecho a vestir, es decir, siendo consecuente a mis ideales. 

¿Qué proyectos nuevos tenés en mente?

SA: Estoy gestionando el lanzamiento de mi segundo libro. Abordará la temática de  la maternidad en cuerpos gestantes gordes. Estoy laburando full, es necesario que hablemos sobre sobre maternidad y modelo hegemónico médico de salud, es necesario que hablemos porque hay un montón de violencia hacia nosotres y me parece que podemos seguir laburando un montón. También obviamente seguiré laburando con el proyecto que presentamos el año pasado junto a la diputada Mónica Macha sobre el acceso a la salud para las personas gordas (proyecto de Ley de “Capacitación obligatoria a los efectores de salud para garantizar el acceso integral a las personas gordas”) y repetiremos las jornadas de acceso a la salud integral como la que hicimos el año pasado.

¿Te consideras una influencer?¿Qué le dirías a tu comunidad? 

SA: No me considero influencer porque considero que el trabajo de influencers tiende al marketing y a vender. Yo en realidad lo que hago es politizar mi cuerpo y de alguna forma tratar de cuestionar y problematizar todas las cosas que nos pasan a las personas gordas. Me considero una “creadora de contenido”, en donde tengo la posibilidad de generar una comunidad de gente que me entiende y que nos entendemos. Yo lo que hago es política, yo siempre soy militante gorda.  Me gusta la comunidad que formé porque me parece que aunque  no es la comunidad más grande del mundo es recontra fiel y nos recontra bancamos entre todos y está buenísimo. 

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