Polémica por una nadadora trans en EEUU: “Es un hombre biológicamente”
Una campeona universitaria dio un fuerte discurso en contra de Lia Thomas, nadadora transgénero que empezó a competir contra mujeres y no para de ganar.
Pasan los meses y sigue el escándalo en la Natación yankee: ¿Lia Thomas debe nadar contra otras mujeres? Hace unos meses, cuando arrancó la polémica, contamos un poco sobre esta situación. Resumido: Thomas es una nadadora transgénero que arrancó a competir contra mujeres y ya se consagró en algunos torneos.
El tema es que ahora salió a hablar Railey Gaines, una campeona universitaria (12 títulos) que perdió contra Lia hace unos meses. En realidad, según ella empataron, pero la organización le dijo que "Thomas debía alzar ese trofeo para la foto". Resumimos algunas de sus fuertes frases en un discurso sobre la "igualdad en deporte femenino":
“Mis compañeras de equipo y yo, así como el resto de las nadadoras de todo el país, nos vimos forzadas a competir contra una persona biológicamente hombre llamada Lia Thomas”
“A Thomas se le permitió nadar en la competencia femenina luego de competir durante tres años en el equipo masculino de la Universidad Pennsyilvania. Vimos desde el borde de la piscina cómo Thomas ganaba la prueba de 500 metros libres batiendo récords de las nadadoras más consumadas del país, incluidas las plusmarquistas y las olímpicas”
“Terminamos empatadas, hicimos exactamente el mismo tiempo hasta las centésimas de segundo. Al haber un solo trofeo, la NCAA me dijo que iba a volverme a casa con las manos vacías y que ese trofeo iba para Thomas. Cuando lo cuestioné, me explicaron que Thomas debía alzar ese trofeo para la foto. Quedé en shock. Me sentí menospreciada y traicionada, reducida solamente a una fotografía porque mis sentimientos no importaban, sólo importaban los de la NCAA y los de un hombre biológico”
“Además de vernos forzadas a renunciar a nuestros premios, títulos y oportunidades, la NCAA obliga a las nadadoras a compartir el vestuario con Thomas, un hombre de 22 años y 1.93 metros de altura con genitales masculinos completamente intactos. Que quede claro que nadie nos advirtió y no dimos nuestro consentimiento. Esto es una violación a nuestra privacidad y algunas de nosotras hemos sido avergonzadas, incomodadas, violentadas y hasta traumatizadas por esta situación. Sé que no hablo por todas, pero puedo dar fe de las lágrimas derramadas en aquella piscina”