Vecinos que sí
Todo empezó cuando @santiidelson compartió lo que hicieron unos vecinos en el ascensor.
Era un día como cualquier otro cuando Santi quiso subir a su casa y se encontró con un cartel pegado en el espejo que decía: "Hay un gatito que llora por las tardes y noches. No molesta pero me da lástima. Denle mucho amor. Es un michi. (Va con toda la buena onda). :)"
A ese mensaje anónimo le siguió la respuesta anónima: "Seguramente era nuestra gata Marta mientras estuvimos de vacaciones (vinieron a verla todos los días). Gracias por el aviso, la vamos a llenar de mimos".
Lo típico es que este intercambio quedara ahí, pero no. A raíz del pedido del usuario en un cartelito que quería ver a Marta, el ascensor se convirtió en una especie de Facebook analógico de gatitos del edificio que nos mató de ternura e hizo que la historia se vuelva viral.