Se robó un avión y se suicidó
Un empleado del aeropuerto de Seattle, Estados Unidos, se robó una nave de Alaska Airlines para estrellarlo contra una isla remota.
Richard Russell, de 29 años, entró a su jornada laboral, mostró su carnet y pasó la mochila por los escáners.
Unas horas después salió a la pista usando un vehículo remolcador con el que empujó el avión de hélice a una de las pistas.
Si bien ninguno de los compañeros podía entender que estaba pasando, no sabían cómo iba a terminar todo esto.
Russel se subió al Q400 Turboprop cerro la puerta y antes de despegar dijo por radio a la torre de control: "Esto va a ser una locura".
Ya en el cielo empezó a hacer acrobacias y maniobras peligrosas mientras que los controladores intentaban convencerlo para que aterrice de manera segura.
Antes de estrellarse, el empleado le contó a sus compañeros que estaba en banca rota y listo para ir a la cárcel de por vida.
A pesar de intentar detenerlo, el muchacho se estrelló intencionalmente en una isla a 50 kilómetros de donde empezó todo. Murió en el momento.