De sodero a poronstar

“Quiero dedicarme de manera profesional y tener una productora propia”, dijo Leandro, que antes de vender su contenido erótico tenía muchos encuentros casuales con sus clientas.

Su idea es tratar de ganar guita con lo que hace ahora: “Siempre fui una persona que viví excitada, caliente, me pasaba mucho de intercambiar fotos con gente por Instagram. Era una práctica habitual en mi. Hasta que caí en la trampa de una falsa mujer: le mandé de todo pensando que era una señorita y resultó ser un hombre”.

Acá no labura el que no quiere...