Amiga llegué

"Llegué bien", "compartime tu ubicación", "te mando ubi", "amiga el remis está agarrando cualquier camino", "te llamo", "te comparto los datos del auto y del que maneja", "tengo miedo".

Esas frases son sólo algunas de las que nos decimos las mujeres cada vez que nos vamos solas a nuestras casas. Pensar si es más seguro tomarse un remis, o esperar el colectivo e ir con gente durante el viaje, o si es mejor caminar para poder correr en caso de ser necesario, es parte de nuestra rutina diaria.

Claro que esto no debería ser así, pero la sociedad patriarcal parece aceptarlo: después que se conociera que una chica de 20 años fue violada por seis hombres, periodistas como Flavio Azzaro refuerzan la idea que la joven fue violada porque "por ahi al principio quiso tener sexo con ellos y después se arrepintió", mientras que algunos portales aseguran que la culpa fue de "una manada", como si se tratase de animales sin capacidad de razonar que actúan por instinto.

Por suerte, hoy también existen comunicadores/as que hablan de un GRUPO de seis VIOLADORES que sabían lo que hacían; y que no hablan de feministas exageradas sino de feministas realistas que lucharon, luchan y lucharán para ir seguras por la calle, para que cada mujer pueda usar la ropa que quiera, para tener igualdad de derechos y libertades, para que se hable con propiedad de estos hechos repudiables y para que no haya ni una menos.

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